domingo, 16 de julio de 2017

Deep Purple, hay vida más allá de 'Smoke on the water'

Si hablamos de Deep Purple, enseguida se nos viene a la mente un riff de guitarra, el de la archiconocida canción “Smoke on the water”. Cualquier persona que sepa tocar la guitarra ha empezado practicando a las seis cuerdas con este tema. ¿La canción más famosa del rock? Posiblemente lo sea, se ha tarareado por doquier en cualquier lugar del mundo, incluso habrá gente que no conozca al grupo, pero sí la canción. Bien, pues Deep Purple son mucho más que Smoke on the water.

Para hablar sobre la trayectoria de los británicos haría falta escribir una biografía de varios cientos de páginas dada su dilatada carrera, y no una simple entrada de blog.

El grupo se formó a finales de la década de los 60 en Inglaterra. Una década y un país de vital importancia para la historia de la música, surgiendo por aquellos años formaciones en dicho país anglosajón como The Rolling Stones, The Beatles, The Who, Pink Floyd, Jethro Tull, Led Zeppelin, Black Sabbath...


Portada de "In Rock" (1970)


Una de las principales señas características de Deep Purple han sido los continuos cambios de formación, y a la vez, la enorme calidad musical que atesoran todos aquellos músicos que han pasado por sus filas y los distintos grupos que han nacido posteriormente gracias a ellos. Popularmente siempre se ha denominado “Mark” a las sucesivas alineaciones de la banda, siendo la más popular la Mark-II, formada por Ian Gillan a las voces, Ritchie Blackmore a la guitarra, Ian Paice a la batería, Roger Glover al bajo y Jon Lord a los teclados. Esta formación grabaría en su primera etapa cuatro álbums que marcarían un antes y un después en la historia del rock internacional: In rock (1970), Fireball (1971), Machine head (1972) y Who do we think we are (1973). En estas producciones vienen incluídos temas como Child in time, Strange kind of a woman, Highway star, o Smoke on the water.


Mark-II (Lord, Paice, Gillan, Blackmore, Glover)


Esta formación, la Mark-II, grabará también el que para muchos es el mejor disco grabado en directo de la historia de la música: Made in Japan (1972). Soy de los que opinan que la valía de un artista musical se demuestra en directo y no en los álbums de estudio. Pues bien, con este disco Deep Purple no sólo demostró su enorme calidad, sino que demostraron al mundo entero que ellos jugaban directamente en otra liga. Cuatro músicos en directo, cada uno ellos un virtuoso a su instrumento: impresionante interpretación de Gillan a las voces con sus agudos y el sentimiento que impregna, por ejemplo, en Child in time, memorable (como siempre) Ritchie Blackmore a la guitarra, al igual que Glover al bajo, o la vital importancia de los teclados de Lord. Mención especial al solo de batería de Paice, que debería enseñarse en todas las escuelas de percusión.


Portada de "Made in Japan" (1972)


Tras esta época dorada, Gillan y Glover abandonan Deep Purple. Hay quien dice que Gillan  había abandonado hace tiempo ya el grupo, pero que la compañía discográfica le obligó a quedarse para no mermar la venta de discos de la formación. Es entonces cuando da comienzo la Mark-III y la Mark-IV con la entrada de David Coverdale a las voces y Glenn Hughes al bajo. Para entonces, Ritchie Blackmore ya se había hecho con las riendas del grupo; una persona con un enorme talento musical y una marcada personalidad sobre el escenario, pero que también era muy problemática a la hora de sacar trabajo adelante. Con esta alineación, publican álbums de enorme calidad también como Burn (1974) o Stormbringer (1974), los cuales contienen temas como el propio Burn o Soldier of fortune. Además, grabaron el directo Made in Europe (1976), que aunque no cosechó el mismo éxito que el anterior grabado en Asia, sirvió para promocionar y remarcar las grabaciones publicadas por esta formación, ya que únicamente contiene canciones en directo de los dos últimos discos anteriormente citados.


Mark-III (Paice, Hughes, Coverdale, Lord, Blackmore)


Ritchie Blackmore decidió abandonar entonces el grupo con el que tantos éxitos había cosechado, para formar otra banda de renombre junto a Ronnie James Dio: Rainbow. Aunque en un principio el resto de miembros de Deep Purple decidieron seguir sin él, se llegó a la conclusión de que lo mejor era poner punto y final a su carrera, dando pie a una separación que cristalizó en 1976. Coverdale formó a su vez Whitesnake, llevándose a antiguos compañeros como Lord o Paice.

La reunión que parecía que nunca se llevaría a cabo tuvo lugar años después, en 1984, con la formación más exitosa en la historia del grupo: la Mark-II (Gillan, Blackmore, Glover, Paice y Lord). Dicha vuelta a los escenarios trajo consigo la grabación de sus consiguientes LP´s: Perfect Strangers (1984) y The house of blue light (1987). En este periodo hay un paréntesis, y se da cuando Ian Gillan vuelve a abandonar la banda, para entrar a sustituirle Joe Lynn Turner (ex-Rainbow) a las voces durante un par de años antes del retorno del primero a finales de los 90.

Tras la sucesión de estos acontecimientos, Blackmore abandonaría definitivamente Deep Purple, llamando al también virtuoso guitarrista Joe Satriani para sustituirle. Satriani no llegó a grabar ningún disco con los británicos y decidió dejar el proyecto en manos de su amigo Steve Morse, que sigue siendo el actual guitarrista a día de hoy de la banda. Si bien es cierto que Morse no tiene el carisma y esa “magia” que tiene Blackmore, posee una calidad por encima de la media que se le presupone a un músico que debe desempeñar las tareas de un guitarrista en una banda de primer nivel mundial como Deep Purple.

A principios del siglo XXI Jon Lord, miembro fundador del grupo y que hasta entonces había participado en todas las diferentes alineaciones del grupo, se retira por motivos de salud (fallecería tiempo después), y entra Don Airey (ex- Ozzy, Black Sabbath…) como teclista del grupo; no hace falta recalcar la importancia que tienen los teclados en un grupo como Deep Purple, y el listón tan alto que dejó Jon Lord. Queda así formada la Mark-VIII que comenzó en 2002 y sigue hasta nuestros días, compuesta por Ian Gillan a las voces, Steve Morse a las guitarras, Roger Glover al bajo, Ian Paice a la batería (único miembro que ha participado en las ocho formaciones diferentes del grupo a lo largo de toda su historia), y Don Airey a los teclados. Con esta formación han publicado diferentes discos como Bananas (2003), Rapture of the Deep (2005), Now what?! (2013) o Infinite (2017).


Mark-VIII (Airey, Paice, Morse, Gillan, Glover)


Recientemente, y junto a la publicación de su último álbum Infinite, se anunció que éste sería el último disco del grupo, y la gira de presentación del mismo serviría como despedida definitiva de Deep Purple. Un servidor tuvo la suerte de poder asistir al concierto que ofrecieron recientemente en Madrid con motivo de dicha gira de despedida, en el antiguo Palacio de Deportes. Es cierto que son músicos que rondan los 70 años por regla general, y que pueden parecer mayores para el negocio en el que se ha convertido la música hoy en día, pero no he visto en mi vida un concierto con unos músicos de tanta calidad como el que tuve la suerte de ver en persona hace unos días. Quizá lo que más se notase, obviamente, era que Gillan no llegaba a los tonos agudos que daba con 30 años menos (recordemos que tiene 71 años), pero lo solventaba extraordinariamente bien; se nota que es un artista profesional con numerosos recursos. Roger Glover debería estar en la lista de mejores bajistas de la historia, ver en directo a Ian Paice es una lección de 2 horas de cómo se debe tocar la batería, lo que hace Don Airey con los teclados no es de este planeta, y Steve Morse es un grandísimo guitarrista que si no hubiese tenido que lidiar con la sombra de Blackmore habría destacado aún más de lo que lo hace ahora. Se echaron en falta varios éxitos clásicos del grupo, pero también había que comprender que además de la gira de despedida, es también la gira de presentación de su nuevo disco. Y qué diablos, son Deep Purple, se les perdona todo.

Siempre he considerado que en los tiempos que corren, donde se hace música de usar y tirar y nos bombardean hasta la saciedad con hits pasajeros que luego caen en el más absoluto ostracismo, que un grupo siga actuando en directo después de décadas desde que se formase y sus canciones sean escuchadas por diferentes generaciones a través de más de 40 años, es un logro al alcance de muy pocos artistas. Deep Purple son uno de esos artistas privilegiados. Todo ello ganado a pulso, todo hay que decirlo.

Dentro de unos años podré decir con orgullo: “Yo vi en directo a Deep Purple”.




-----------------------
Autor: Aitor Y. 
-----------------------


   

Rosendo Mercado, el merecido descanso del guerrero

Hace un par de semanas, al llegar a casa, vi una noticia que muchos pensábamos que nunca llegaría: Don Rosendo Mercado se retira a sus 64 a...